4 de enero de 2012

Una estafa global

Ya lo decían los indignados de la Puerta del Sol: Esto no es una crisis, sino una estafa. Lo afirma también el informe “Inside Job”: Los financieros, o sea, los bancos, delinquen habitualmente todo lo que les permiten los mercados, así la hambruna, con su secuela de dolor y muerte, en el Cuerno de África no se debe a causas naturales, sino a la especulación en los “mercados de futuros”. ¡Manda huevos!, exclamó un sabio. Yo estoy aquí para ganar dinero, manifestaba un ejecutivo. Después de mí la sequía universal y permanente, podría haber añadido. Un dato recién conocido viene a ilustrar todo este desafuero: En 2011 la venta de coches ha caído en España un 18%, en tanto que la de automóviles de lujo ha subido un 83%.

Evaporado aquel fantasma que recorría Europa en los siglos XIX y XX, los ricos vuelven a ser lo que siempre fueron, predadores insaciables. Desmantelada la URSS, desaparecidos los viejos Partidos Comunistas y reconvertida al capitalismo liberal la República Popular China, queda enterrado definitivamente el filósofo alemán que profetizó la emancipación de los trabajadores. De otro lado no hay cuidado de que el profeta palestino que anunció la salvación de los pobres resucite de nuevo, para impedirlo vela una guardia de fornidos mocetones suizos.

Tan viejo y real como el mundo desde las pirámides de Egipto.