30 de octubre de 2007

Ya parece otoño

Otoño en la Casa de Campo de Madrid

22 de octubre de 2007

Gesto maternal

Aquel sería el primer gesto maternal consciente que recuerdo... Luego tuve cuatro hijos, pero ya la memoria se me emborrona. ¿Fueron cuatro o cinco? Sé que los crié durante mucho tiempo, tanto que cuando volví al trabajo todo había cambiado... Se casaron... ¿Dices que tengo nueve nietos? Ah, que tú eres mi nieta Artemisa... Mi hijos se hicieron mayores muy pronto. Sin embargo la carita de Miguelete, con los ojos muy abiertos, que me parecía sonreír cuando lo tomé en brazos aquella mañana de Reyes... Ya tan sólo pido a Dios que ese recuerdo no se me borre hasta que Ella venga a recogerme.

10 de octubre de 2007

No volveréis a verme

En ese instante, todos supimos que jamás volveríamos a vernos. Incluso pude leer en sus ojos la angustia dolorosa que semejante desencuentro les producía; porque, no obstante el odio feroz que de pronto les inspiraba, estaba seguro de que les habría gustado verme de nuevo. Yo en cambio sentí la nada y frío interior, la lejanía anticipada que toda ruptura repentina me produce, y maquinalmente adopté esa actitud letal que mi fama pregona, paraliza a mis enemigos y dicen las muescas de mi revólver. Siempre me sucede así; por eso puedo contarlo y ellos no.

7 de octubre de 2007

Al filo de lo imposible

Sobre la cuestión vasca
Dijo un montañero que las montañas son un reto mudo. Voy a escalarla porque está ahí, dijo, sin más. La lista de los que han muerto en el intento es larga. Dijo don Miguel de Unamuno que el hombre (se refería a la especie, pero, ya saben, el lenguaje políticamente correcto no existía entonces) es un animal enfermo. Ningún otro animal se pone en peligro de muerte más que para huir de la muerte y reproducirse, que es otra forma de huir de la muerte. Sin duda el ser humano ha llegado adonde está porque se propone escalar montañas y llegar a la luna y a los planetas gratuitamente, porque sí. ¿Recuerdan que el sol y la luna eran dioses para los antiguos hasta que dejaron de serlo?
Trato de entender la cuestión vasca. Algunos vascos se han propuesto construir un estado independiente. Vale, es un reto como otro cualquiera, como escalar un ochomil o cruzar el Estrecho a nado. Buscan o inventan unas señas de indentidad y fundan en ellas su pretensión. Otros no aceptan ni lo uno ni lo otro. Si usted quiere escalar el Everest y tiene quien lo apoye, está en su derecho, pero a mí no me obligue a seguirlo. Lo grave surgió cuando unos en nombre de la nación vasca y otros de la nación española se liaron a tiros. Aún hoy los fieles de la nación vasca siguen liándose a tiros o bombazos indiscriminadamente. Y los otros fieles apelan a una Constitución ante la que los vascos se abstuvieron mayoritariamente, no se identificaban con ella, no la reconocieron.
Un dirigente de los creyentes en la patria vasca declaró ayer que el Gobierno, con las últimas detenciones, les ha declarado la guerra. Esta es una característica de todos los mitómanos, confunden la realidad con sus deseos o la acomodan a sus creencias. Llueve porque el dios de la lluvia llora. Florecen las plantas porque Perséfone sube a la Tierra desde el Hades. La guerra la declararon ellos cuando pusieron la bomba en Barajas. El Gobierno, al menos este Gobierno, no persigue a los independestistas vascos, sino a quienes en nombre de la patria vasca ponen bombas. Un ligero matiz que al parecer ellos no entienden, como todos los mitómanos.
En otro tiempo la Iglesia Católica obligaba a convertirse a los infieles y luego los quemaba bajo la acusación de herejes. Hoy ya no se atreve a tanto, pero aún pretende ejercer su magisterio con el presupuesto del Estado en lugares propiedad del Estado, aconfesional según la Constitución. Todas las iglesias son peligrosas. Parece un temor muy extendido que quien no comparte unas determinadas creencias pone en peligro el ser de la comunidad. ¿Tan frágil es nuestra autoestima? ¿Siempre hemos de levantar banderas y obligar a otros para sentirnos seguros?

Los cajones de la historia

La Conferencia Episcopal pretende beatificar a 498 mártires, que podrían llegar a 10.000, asesinados tras la proclamación de la República. ¿Se atreverán el ínclito ex presidente y el Sr. Rajoy a decir a los obispos que dejen ya de hurgar “en los cajones de la historia”?
Argumenta el portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, que no se trata de ninguna megalomanía, ni de respuesta a la Memoria Histórica del Gobierno, que estos procesos de beatificación se iniciaron hace veinte años. ¿Sabe su Ilma. Rvma. desde cuando esperan las víctimas de la Cruzada encontrar y enterrar a sus muertos? Por cierto, ¿piensan incluir entre los beatos a los curas vascos asesinados por los cruzados? Ellos también fueron mártires, aunque tuviesen una visión distinta a la de la jerarquía.