22 de febrero de 2008

De Izquierdas Y Derechas

Reflexiones electorales

La distinción política de izquierdas y derechas se remonta a la Revolución Francesa, en que la burguesía o tercer estamento desplaza del poder a los estamentos privilegiados, la nobleza y el clero, y construye un Estado basado en el liberalismo, del que proceden los actuales regímenes parlamentarios, monárquicos o republicanos. En la Asamblea Nacional los representantes de los privilegiados, que pretendían conservar (de donde también conservadores) la monarquía absoluta y su status social y político, se sentaban a la derecha y los representantes de la burguesía liberal lo hacían a la izquierda. De ahí la denominación.

Desde entonces se ha identificado con la derecha a aquellas ideologías o partidos defensores de la tradición o contrarios a cualquier reforma y con la izquierda a los partidarios de extender los derechos, económicos, sociales, jurídicos y políticos, a capas cada vez más extensas de la población.

Primero el liberalismo, luego la democracia, después el voto femenino y el voto joven, más tarde derechos sociales para todos, sanidad, educación, pensiones diversas... Son los logros que la izquierda, sostenida por diversos y sucesivos grupos sociales, ha ido conquistando a lo largo de dos siglos y que la derecha ha entorpecido y sigue entorpeciendo cuanto puede, que ésa es su política de siempre, aunque intente disfrazarla con distintos vestidos, los favoritos son los de patriota y cruzado.

El de patriota es relativamente reciente, que en 1808 el rey canalla y su camarilla entregaron el país a Napoleón, mientras los patriotas resistían y redactaban en Cádiz la primera Constitución en nombre de la nación, y todavía en 1868 la izquierda moderada se levantaba al grito de ¡Viva España con honra! Pero luego vinieron el “¡Viva España y viva el Rey!” del primer dictador, el “¡Arriba España!” falangista y el “España se rompe” del líder de la derecha para decorar su inequívoca política conservadora, más preocupada por las esencias patrias, que por la situación de sus patriotas más humildes.

Mucho más antiguo es el vestido de cruzado o paladín de la religión y la moral, que en la Iglesia suele tener la derecha un aliado poderoso, la Católica y Romana, encastillada en una monarquía electiva aristocrática, que siempre ha negando el liberalismo, practica el totalitarismo ideológico y es tradicionalmente contraria a las innovaciones, ya sean científicas, sociales o políticas. Quede claro que escribo Iglesia, o sea, una institución de poder, el cristianismo es otra cosa, si no justamente lo contrario. Por lo que resulta extraño y contra natura el contubernio entre nuestros liberales (el líder de la derecha ha elegido Cádiz para iniciar la campaña electoral, reivindicando así el liberalismo) y la jerarquía eclesiástica.

Pero en democracia la derecha necesita los votos de quienes naturalmente no la votarían, sus adversarios económicos y sociales, entonces, por si los anteriores disfraces no resultan convincentes, se viste de populista y apela a los currantes y a los que se levantan temprano para ir a trabajar, y les promete una plaza de guardería para todos los niños y pensiones no inferiores a seiscientos euros. Es el caramelo que se da a los niños para obligarlos a hacer lo que no quieren.

El reto de la izquierda hoy, mantenido en general por los asalariados, artistas e intelectuales, consiste en profundizar todas las conquistas logradas, sin que su gestión sea un negocio lucrativo para unos pocos (la derecha pretende privatizar la sanidad, la educación...) y por supuesto ampliarlas, derecho a la vivienda, a un trabajo digno y suficientemente remunerado... El derecho al voto no es igual para todos, ni por aproximación (comparen el voto de un madrileño o un barcelonés con el de un zamorano o un gerundense, el del un votante del PP o el PSOE con uno de IU). Naturalmente en el horizonte queda la igualdad de derechos entre el capital y el trabajo, por lo menos. Aunque también la izquierda se olvida del programa y echa mano del populismo, que el voto está muy caro y algunos creen que todo vale.

6 de febrero de 2008

Crisis económica

Escuchaba a un currante en paro decir que, como este Gobierno no ha sabido gestionar el “tema del trabajo”, va a cambiar el voto. Hace pocos meses la presidenta de Madrid, doña Esperanza, del Partido Popular, dicho sea sin señalar a nadie, presumía de que en su Comunidad no había paro; ahora en cambio resulta que Madrid está por encima de la media estatal en desempleo. ¿Conocería ese avispado currante este dato? Y es que Madrid lo ha fiado todo al ladrillo y en cuanto el ladrillo se ha venido abajo, todo se ha venido abajo.

Tampoco deber saber ese currante que la economía está tan amarrada, entre el Imperio y el tratado de la Unión, que consagra el mercado, que muy poco pueden hacer los gobiernos, sean del color que sean.

Por otro lado, la estructura económica española ha sido siempre tan frágil, que cualquier turbulencia la ha tumbado. Porque los políticos y empresarios españoles lo han fiado todo al corto plazo, trabajo precario, salarios miserables, calificación nula. ¿Me permiten un poco de historia?

Desde el año mil los reinos cristianos se enriquecieron con el saqueo de al Andalus, o sea, la España musulmana, que era rica porque trabajaba. Cuando sólo quedó Granada, se descubrió la lana y su exportación. No se fomentó una industria textil de calidad, porque exportar lana era más rentable para el rey y los poderosos. O sea, se mantuvo una economía subdesarrollada, exportadora de materias primas.

Luego vino América con su riada de oro y a los reyes y a la clase política, la nobleza y el clero, les tocó la lotería, ya no hacía falta trabajar, que trabajaran otros. Sin embargo no fue suficiente para aquel Imperio disparatado y arruinaron lo poco que quedaba en Castilla, columna vertebral de aquel disparate.

Cuando se acabó el oro, comenzaron las guerras civiles, porque administrar la miseria es muy duro, hasta que llegó el Cruzado invicto, la Conferencia Episcopal dio el nombre de Cruzada a su sedición cainita, e impuso la paz con sangre y dolor sin cuento.

Entre otras complicadas razones, el nacionalismo vascongado y catalán surgió entonces, en la época de las guerras civiles, porque ellos tenían una cierta autonomía económica y no quisieron hundirse con el resto del país.

Luego el Sr. Fraga descubrió que podíamos vender sol y playa a los europeos ricos, que otra cosa no teníamos, y comenzó la devastación de nuestras costas.

Con estos mimbres está claro que nuestra situación económica depende de la riqueza de nuestros vecinos. Somos especialistas, nuestra clase empresarial es especialista, en producir cosas superfluas, que requieren poca inversión y trabajo sin calificar, esas de las que se prescinde en cuanto hay que apretarse el cinturón. De donde nuestra fragilidad económica endémica, gobierne quien gobierne. Pero al Sr. Rajoy le ha venido muy bien esta crisis para hacer demagogia, que otra cosa no sabe. Y hay muchos avispados que se lo creen.

Iglesia y poder

Ahora que la Iglesia, a través de la Conferencia Episcopal, ha entrado en campaña contra el Gobierno de España y gran parte de la ciudadanía, es oportuno recordar lo que ha sido la Iglesia a lo largo de su historia:

  1. Aunque fue depositaria de una doctrina de salvación, pronto, a medida que crecía y se institucionalizaba, el poder o el demonio la tentó, acabó sucumbiendo a él y se puso al servicio del Imperio Romano.
  2. Desde entonces se olvidó de la Ciudad de Dios, sirvió a la Ciudad Terrena y legitimó todos los sistemas sociales que negaban derechos, civiles, políticos o económicos, a los humildes, esclavos, siervos o asalariados, y privilegiaban a los poderosos.
  3. El poder crea adicción y la Iglesia acumuló riquezas y poder. Sus jerarcas se comportaron como príncipes seculares, porque los poderosos la usaron para lograr más poder y riqueza. ¿Recuerdan a los Borgia, Orsini, della Rovere o Médicis? ¿O las diversas peleas por el dominio político entre el Imperio y el Papado?
  4. En estrecha colaboración con el poder político, mantuvo regímenes doctrinalmente totalitarios donde persiguió, condenó y ejecutó en la hoguera a miles de personas sólo porque pensaban distinto o pretendían decidir qué tipo de educación daban a sus hijos.
  5. Tenía un instrumento especializado en esta función, el Santo Oficio, que admitía delaciones anónimas, practicaba la tortura para obtener su verdad y durante siglos fue el terror de los fieles.
  6. Ni los científicos se salvaron de su furor homicida: Giordano Bruno murió en la hoguera y Galileo Galilei se salvó in extremis al aceptar la verdad eclesiástica: La Tierra permanece quieta en el centro del Universo, en tanto que el sol y todos los demás astros giran en torno a ella.
  7. Ha colaborado con regímenes políticos que han practicado el terrorismo de Estado, como el del general Franco, entre otros, que tampoco permitía la libertad de elección de los padres y a cuya sedición llamó Cruzada.
  8. Semejante a los Partidos Comunistas, que de ser portadores de proyectos de liberación, cuando tomaron el poder acabaron convertidos en maquinarias de opresión, tampoco la Iglesia se ha librado de la perversión intrínseca a los poderosos.

Naturalmente todas estas actuaciones están inspiradas por Dios con quien tiene comunicación directa.