Jesús de Nazaret era comunista
Jesús de Nazaret era comunista
Como todos
los años he viajado a Sevilla a saborear la Semana Santa, a deleitarme con la
Semana Santa, un espectáculo total, aunque a mí, desde antiguo, sin duda por
educación, sólo me ha interesado el que se desarrolla en la calle, del que
participan no solo las llamadas artes mayores, como la talla y la música, sino
también la orfebrería y el bordado. Precisamente acompañado de una veterana
profesora de la Escuela de Artes Aplicadas suelo acudir allí todos los años.
Sin duda la Semana Santa no es sólo
arte, originalmente y aún hoy es otra cosa: una evocación de la pasión y muerte
de Jesús de Nazaret, a la que la Iglesia ha dado un sentido, a mi modo de ver,
totalmente contrario a la verdad histórica. El Nazareno fue, como Sócrates en
Atenas, un librepensador a quien también la autoridad condenó a muerte porque
enseñaba a desarrollar el pensamiento crítico, peligroso siempre para el poder,
un revolucionario social. Recuerden:
Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un
rico en el reino de los cielos. Otra
vez os digo, que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un
rico entre en el reino de Dios (Mateo, XIX, 23-24).
No amontonéis
tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y
donde los ladrones cavan y hurtan; sino
guardad más bien vuestros tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroen, y donde los ladrones no
cavan ni hurtan. Porque donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón (Mateo, X, 19-24).
«Porque
donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón»… No olviden que Carlos Marx, de origen judío, escribió algo muy similar:
Si ponéis vuestros afanes en el capital, solo os interesarán las
rentas, pero no las personas, que se convertirán así en herramientas, pura
mercancía (Manuscritos de Economía y
Filosofía).
Aunque naturalmente en una sociedad
teocrática como la judía era imposible separar el cielo de la tierra, lo que ha
constituido un lastre y una coartada para la Iglesia Imperial Romana, que, ante
la imposibilidad de derrotar al Nazareno incluso después de muerto, optó por
hacernos comulgar con ruedas de molino: Lo convirtió en Dios, como el Osiris
egipcio, hijo de Ra, dios supremo, e Isis, y trasladó la liberación humana a un
espacio y tiempo que contradicen las leyes de la Física, o sea, las leyes de
Dios. Pregúntenle, si no, a Stephen Hawking.
En
definitiva que el Nazareno ya era comunista antes del comunismo. Por eso lo
crucificaron entonces, como hoy lo asesinarían, como hicieron con el obispo Oscar Romero el 24 de marzo de 1980 en el Salvador o con el filósofo y teólogo Ignacio Ellacuría y cinco jesuitas más el 16 de noviembre de 1989, asesinados por un comando del ejército
salvadoreño. También los terratenientes y madereros intentaron acabar con al
obispo Pere Casaldáliga, "el profeta de la Amazonía", pero se confundieron y
dispararon sobre un colaborador suyo. O sea, lucha de clases, pura y dura según
explicó el filósofo alemán.
2 comentarios:
Hola, amigo Aurelio.
Qué alegría me ha dado verte en mi blog.
Muchas gracias por pasar y por tus palabras tan bonitas. Tantos años que nos conocemos y no has cambiado nada. En tu blog lo observo.
Un abrazo grande.
Mil gracias María.
Un abrazo.
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