26 de diciembre de 2007

Racionalidad económica

Los bancos aumentan sus beneficios anuales entre un 20 y un 30%, en tanto los salarios se deterioran con la inflación y los jóvenes sobreviven con trabajos y sueldos miserables, y tienen que socializar la vivienda. ¡Paradojas del sistema! Los inmigrantes socializan hasta la cama, a pesar de lo necesarios que son para la economía, según el eximio Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid y postulante a las listas para el Congreso.
En éstas, un ex ministro socialista y presidente del Consejo Superior de Cámaras, Javier Gómez-Navarro, recomienda bajar los impuestos directos (que gravan proporcionalmente la renta y el patrimonio) y subir los indirectos (que gravan linealmente el consumo) con el argumento de que se trata de una “medida de racionalidad económica, el debate entre izquierda y derecha está superado” (El País, 26-XII-2007). Un político de derechas no lo habría expresado mejor.
Racionalidad económica... ¿De qué modelo económico habla? Porque ni la economía ni la política económica son neutras y a lo largo de la historia se han sucedido varios modelos (ni el capitalismo actual se parece al que teorizaba Adam Smith) y presumiblemente, si antes no destruimos el planeta, se sucederá algún otro? ¿Cree el ex ministro que la racionalidad económica la entenderá igual un banquero que un milieurista? Pues en esa confrontación de puntos de vista enfrentados consiste precisamente el debate entre izquierda y derecha. ¿O acaso cree el ex ministro que ya se ha superado esa antigualla de las clases sociales? ¿Por ventura se nos ha vuelto marxista ortodoxo y cree que ya hemos alcanzado la sociedad comunista o sin clases? ¿Pensaba ya así cuando era ministro socialista o ese pensamiento le ha sobrevenido luego? ¿O tal vez las Cámaras, de Comercio e Industria, supongo, le pagan para que piense así? Me pagan para esto, suelen decir los gringos en las películas, como las putas, con perdón.
Mientras los salarios no suban en la misma proporción que los beneficios de los banqueros o, mejor aún, mientras los asalariados no tengan aseguradas unas condiciones de vida dignas por su trabajo, sea el que fuere (¿han oído hablar de la huelga de los trabajadores de la limpieza del metro de Madrid?), habrá debate entre izquierda y derecha, un vivo y apasionado debate.

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