1 de mayo de 2012

Liberalismo

¿Se imaginan las grandes ciudades, Madrid, Barcelona, sin normas de tráfico? Sin límites de velocidad ni de tonelaje, sin paso de peatones ni prohibición de sentido ni señales en los cruces de calles o avenidas... Los códigos de circulación surgieron cuando el aumento de accidentes y altercados entre los conductores aumentó proporcionalmente al número de vehículos.

El liberalismo se impuso en el siglo XIX para desmontar la estrecha reglamentación de los gremios, propia de una economía local, que impedía el uso de la nueva maquinaria y la ampliación de los mercados que pretendía el capitalismo. Pero la nueva economía trajo dos graves problemas: las crisis periódicas, que arruinaban a los pequeños y fortalecían a los grandes, y la explotación inmisericorde de niños y mujeres, una mano de obra sumisa y barata. Así las leyes que limitaban la libertad del capital surgieron para proteger a los trabajadores y evitar crisis ruinosas como la presente.

Viene todo esto a cuento porque de nuevo doña Esperanza, la Presidenta, ha hecho profesión de fe liberal y al parecer proyecta volvernos al siglo XIX. Si es tan liberal como dice, ¿por qué no deja que Telemadrid sea también una televisión libre? Sería una prueba convincente.

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