La cólera divina
Hoy nos
espanta que los yihadistas destruyan estatuas milenarias en Irak, que son
testimonio vivo de la andadura de la humanidad, pero no hemos de olvidar que
los clérigos que hoy pretenden examinar a nuestros alumnos de la “comprensión
del origen divino del Universo” también hicieron una pira con los libros
sagrados de los granadinos luego de conquistada la ciudad. Que Hernán Cortes, inspirado
por ellos, también mandó destruir decenas de estatuas de los mexicanos y Bernardino
de Sahagún hubo de esconder sus manuscritos, en los que describía aquella
cultura, para que la ira de los ministros de Dios no los quemaran.
Tal vez
Dios sea amable y bondadoso, pero sus ministros son implacables y despiadados.
¿Qué incógnita desconocemos en esta ecuación?
No hay comentarios:
Publicar un comentario