12 de mayo de 2007

Los gestos no engañan

El Partido Popular se ha ido al barrio menos popular de Madrid, el de Salamanca, el más selectivo y aristocrático, junto al paseo de Recoletos, la calle más cara, donde el metro cuadrado no baja de 13.000 euros, para iniciar su campaña electoral. ¿Alguien lo entiende? ¿Un desafío acaso? Son valientes y atrevidos. En Valencia el patrón de la Fórmula Uno condiciona la presencia de su circo en la ciudad a la victoria del presidente Camps, del PP. ¿Qué espera obtener de él? El Sr. Rajoy, el patrón del PP, abonaba semejante chantaje a la soberanía de los valencianos y no hacía mucho se felicitaba de la victoria de Sarkosy en Francia y se decía identificado con él y sus valores. Sarkosy descansa en el yate de un empresario y regresa en el avión privado del mismo empresario, explica que nadie tiene que alarmarse porque tales usos no han costado ni un euro a los franceses. Nadie lo duda, pero los políticos tienen muchas maneras de pagar. ¿Cómo va a pagar Mer. Sarkosy? ¿También el Sr. Rajoy se identifica con estos usos y maneras? Las palabras acaso, pero los gestos no engañan. ¿O también? Porque las encuestas les dan ganadores en Madrid con más ventaja que en la última convocatoria. Y es que a los ricos, guapos y famosos tal vez se les podrá negar muchas cosas, pero su capacidad de seducción nunca. Ahí está el clan marbellí o esos espacios televisivos que cuentan su vida y milagros o las revistas que les pagan millones por unas fotos exclusivas. Los pobres se consuelan soñando con la belleza y riqueza que nunca tendrán, mientras se olvidan de los bienes y servicios que podrían conseguir si se unieran para exigirlos.

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