24 de mayo de 2007

Paradojas electorales

Ha dicho Rajoy, ¡cuántas tonterías que dicen los políticos en período electoral!, que es inmoral hablar a los jóvenes de la Guerra Civil y el franquismo, como ha hecho Zapatero. Y así, en un instante, ha desautorizado a su jefe carismático, Sr. Aznar, que hace dos días declaró que Zapatero nos ha llevado a “la situación de hace setenta años” (¡qué lujo las perífrasis, se dicen las cosas sin decirlas!) y miles de años de cultura, porque desde los orígenes más remotos la memoria colectiva, o sea, la historia, el recuerdo del pasado, ha servido para saber lo que somos y construir el futuro. Ha dicho el Sr. Rajoy que a él le interesa el futuro y no el pasado. ¿Cómo va a construir el futuro sin conocer el pasado? ¿Piensa cometer los mismos errores? Su declaración tiene truco, claro; a esta derecha montaraz, que alardea de liberal y demócrata, no le interesa que se conozca su pasado militante en el franquismo.
Por supuesto, también la izquierda dice tonterías; Miguel Sebastián, candidato a la alcaldía de Madrid, ha proclamado que el actual alcalde, Sr. Gallardón, es un pésimo gestor. Hombre, no es eso, Gallardón es un magnífico gestor; otra cosa es que no estemos de acuerdo con la dirección de su gestión, que él se ha encargado de subrayar, llevar Madrid al liderazgo de Europa. Somos muchos a los que no nos interesa ese liderazgo. Los países nórdicos están a la cabeza del desarrollo político, social y cultural, y sin embargo a Estocolmo, Oslo o Helsinki pocas veces se las menciona entre las grandes capitales europeas. ¿Por qué el Sr. Gallardón no elige ese modelo? Su problema no es la incapacidad de gestión, sino el modelo que elige, un modelo obsoleto fundamentado en el hormigón y el ladrillo, que nos llevará a la ruina.
Por cierto, todas carreteras de la Comunidad de Madrid, que preside una colega del Sr. Rajoy, están llenas de señales que indican la “Ruta imperial”. ¿Por qué ese recuerdo del pasado? Un pasado cuyos imperiales responsables malversaron el tesoro americano en guerras insensatas, aunque imperiales, nos llevaron a la ruina y dificultaron la construcción de una nación española más unida y menos imperial.
¡Qué paradojas producen los períodos electorales!

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